miércoles, 12 de septiembre de 2007

Torniquete


Este blog está sangrando más de lo que debería arder, y en mi mente llena de alarmas rojas ya hay una activada para esa cuestión. Poco a poco,

porque tampoco es cuestión de tapar todos los agujeros (ojalá?) para no verlos. Y que si han muerto más mís en esta batalla que en toda la guerra, no hay venda que cubra esas bajas. Porque tampoco es ése el problema.

Un fotologgero lo solucionaría con una foto en negro y un: el verdadero problema es que a veces me late el corazón en la laringe. Pero yo prefiero hacerle un homenaje a todos los diarios de féminas, y dejarlo todo más claro.

O no.

Al menos no me hago el sueco y dejo que mi furia berserker reviente más de lo que quiero. Aunque no sé si es mordaz (sonoro), sarcástico (común) o sardónico (pedante); o todo a la vez, que así se parece más a mí. Pero me quedo muy a gusto con las palizas que me meto. Chuck Palahniuk escribió una obra maestra, para dejar en ridículo (más) a aficionadillos anónimos. Al menos yo no me odio (Best-seller oriental fijo, a ver si lo leo).


Que mi afán de probar cosas nuevas o agarrarme a lo primero que me sirva, no me sorprende. Que esto esté sustituyendo a lo que en realidad debería utilizar, creo que sí.

Sólo espero no acostumbrarme a cambiar un papel por un ser humano. En sentido figurado (¿los dos?).

P.D.: prometo quemar algo la próxima vez, que parezco hasta dolido.

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