viernes, 11 de marzo de 2011

Cráneo ritual


Iniciado en los misterios
de la sangre,
ante ti los abismos,
ante ti la llave
de las oscuras puertas del tiempo.

Iniciado,
no permitas
que el bronce que afila tu espada
perturbe la danza de tu cuerpo.

Beberás, muchacho,
la sangre del caído
en la copa que es su cráneo,

tatuarás en tu cuerpo
los rastros y senderos
que ella deje. Y serás
líneas de tinta labrada
sobre la carne del presente.

Arrancarás el corazón
de tu enemigo
(el proceso es doloroso)
con tus manos desnudas.
El sabor del órgano
en tu mano,
el hierro de las profundidades
abrirá tus propias entrañas

No comerás, iniciado,
la carne marchita de tu padre,
pues en ella habita tu cuerpo
y el cuerpo de tus ancestros,
cuyo nombre es sagrado.

No practicarás en ti mismo
las negras artes de la trepanación
pues el ojo no anida
en el centro de la mano.
Y es la mano, en su trabajo,
Iniciado,
quien descubre los misterios
de la sangre.