sábado, 4 de octubre de 2008

Caminos


Lo complejo es,
cargar tú la piedra mojada.
Sentir esquirlas en las manos,
y llevarla a ninguna parte.

Lo complejo es,
guardar estatuas de barro:
ver cómo otros las rompen
cuando tú las envuelves en lana.

Lo complejo es,
bajar del cielo a la nada.
Y aunque vayas ganando la carrera,
sentir fuego.

¿Quién compara el dolor de una niña,
muerto su perro,
con el de miles de hombres
que ven una catedral derrumbarse?

Me pregunto: ¿cuál es más grande?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las catedrales se derrumban, y los miles de hombres saben que, con trabajo, pueden construir una más bella.
Una vez muerto el perro ya no vuelve. Y aunque haya otros miles la niña sabe que ese perro, SU perro, ya no vuelve.

Anónimo dijo...

Eso es no saber entender el arte, querido tocayo.

Lurilla dijo...

Yo creo que el dolor no es comparable. Unos construyeron lo suyo, la otra ya se lo encontó "hecho" por así decirlo. Pero uno tenía vida e interactuaba, la otra era algo inanimado.

¿Ves? Es incomparable.

Lo importante aquí es el dolor en sí, y el saber superarlo.

Anónimo dijo...

La locura de la que hablas es compleja.

El dolor del que hablas es complejo.

La tortura de la que hablas es compleja.

La muerte o destrucción del arte quizás sean más complejas.

Pero lo más complejo de todo es el camino que tú eliges. ¿O a caso no es de lo que habla tu "escrito"?

Esto va por pedirme que escribiera algo en tu espacio.