domingo, 15 de julio de 2007

Rojo


En el mundo tiene que haber de todo, o eso dicen, desde luego esa frase me viene bien ahora.

A la mayoría de la gente no le gustan las despedidas. A mí, lo que no me gusta, son las presentaciones. Las presentaciones formales no me emocionan, no me llenan, ni tampoco me hacen reír. Así que, si se me permite (que sí, porque yo soy el dueño de esto), prescindiré de ellas.

Lo unico que diré, para que no parezca raro y para que la gente tenga algo que esperar, es que, mientras esto siga vivo, siempre habrá rojo aquí. Al fin y al cabo, debo ser fiel al título.

Supongo que a veces, será un rojo líquido y viscoso. Con el que laten las letras, del que uno suda cuando merece la pena. Rojo que tanto asusta y que tanto odiamos, pues está en todos nosotros y muy pocos lo tienen diferente.

Pero otras, sé que no será así. También hay hueco para el rojo crepitante. El rojo que se refugia en el agujero mientras queda aire que respirar, rojo que aguarda el momento. Rojo que, llegado éste, arde en algunos; rojo que cumple su cometido y vuelve al anonimato. Este rojo siempre deja su huella, y en algunos, nadie jamás ha podido borrarla.



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